Y cayó un premio muy esperado, el gran premio de la Navidad que siempre estamos deseando dar. El número fue cantado a las 10:59 horas en el noveno alambre de la cuarta tabla.
Nuestra cara de ilusión y alegría fue espectacular. Y unos instantes después de salir el premio empezó a sonar el teléfono en Cafetería Minerva, el local de hostelería adjunto a nuestro punto de venta 01625 de loterías. Los medios de comunicación nos llamaban para saber cómo lo estábamos viviendo y nosotros todavía no nos lo creíamos. Una vez más, nuestro trabajo de venta de lotería de Navidad había tenido una recompensa muy bonita, pero en vez de un buen puñado de pedreas, esta vez había sido un gran premio. Y es que somos un pueblo afortunado.